domingo, 25 de julio de 2010

Verito "Emociones y Enfermedades"

Nota: Lo que sigue no pretende ser un tratado sobre la psiquis humana ni un tratado médico; sino que es un artículo -a titulo informativo- para entender ciertos problemas energéticos y las causas de ciertas enfermedades. 

Clásico de Medicina Interna del Emperador Amarillo. Siglo II A.C.:
"La rabia hace subir la energía, la alegría la vuelve más lenta, la aflicción la disipa, el temor la hace descender, el susto la dispersa, el agotamiento la marchita y la preocupación la estanca."
Louise L. Hay:
"El universo nos apoya totalmente en todo lo que decidimos pensar y creer, el poder Universal jamás nos juzga ni nos critica."

Dr. David J. Sussman:
"Hay enfermedades Psicosomáticas y otras que no lo son. Psicosomáticas son aquellas donde el factor emocional juega un papel preponderante en su génesis. Día a día, se incorporan más enfermedades al grupo, del que no es ajeno el mismo cáncer, a medida que se comprueba la importancia Estresante del factor emocional. Animados por la seguridad que nos proporciona el Yín-Yang, nos preguntamos si existirá por ventura alguna enfermedad que no sea psicosomática. 
La energía no es psiquis ni es soma, pero está creando a la psiquis y al soma en cada segundo de su existencia. Energía y materia no son entidades opuestas, sino que son exactamente la misma cosa, la única diferencia está en sus diversos grados de evolución y de transformación. Tan modesto (o grandioso) es el origen de un ser humano como el de una piedra. Por lo tanto, la Terapéutica deberá dirigirse específicamente a la energía, porque su desequilibrio terminará provocando la enfermedad. 
Por eso, se dice -con mucha razón- que la enfermedad es un proceso dinámico. La palabra "emoción" se entiende como: e = origen, moción _ movimiento. Significa origen del movimiento. Agregaríamos: origen del movimiento de la energía.
Las emociones se desencadenan por el contacto sensorial con el mundo exterior mediante los cinco sentidos.
El contacto con el mundo exterior genera emociones interiores. Por lo tanto, en su primera fase, es una función fisiológica del sistema nervioso, no un proceso psicológico.
Los Chinos y otras tradiciones orientales -además de los 5 sentidos- consideran la mente como un 6º sentido; y, por lo tanto, de acuerdo a nuestras experiencias pasadas y creencias (escala de valores), las fantasías, los sueños y otras imágenes mentales generadas por uno mismo (conciente o inconscientemente) funcionarán de la misma manera que las imágenes exteriores reales, para generar reacciones emocionales.
Después de eso, la emoción deja el dominio de la mente y entra en el sistema de meridianos corporales como una forma de energía la cual viaja a través de los canales energéticos. Igual que todas las formas de energía humana, las emociones producen profundos efectos fisiológicos en los órganos, glándulas y otros tejidos. Dicho de otro modo: la mente asigna un valor al estimulo sensorial físico o cerebral y pone en marcha una poderosa corriente de energía emocional, a través de los canales de energía, Una vez que esa energía está en movimiento, adquiere vida propia, produciendo secreciones de diversas hormonas, liberación de neurotransmisores en el cerebro y sistema nervioso, cambios en el ritmo cardiaco y presión sanguínea, ajustes de la respiración y estimulación o supresión de la digestión y la peristalsis.
Cuando las emociones son moderadas, equilibradas y de curso rápido y suave, no causan daño e -incluso- pueden producir estimulación positiva en el sistema órgano-energético; pero cuando una reacción emotiva se hace extrema y se prolonga o se repite con frecuencia, se produce una serie de reacciones fisiológicas graves que desequilibran todo el sistema energético.

En el sistema de salud chino, las reacciones extremas se llaman "Las 7 Emociones Perjudiciales" que -según ellos- son las principales causas internas de la enfermedad:

La Alegría.- La alegría y la risa en exceso dañan al corazón y dispersan el espíritu.
La Rabia.- La ira daña la energía Yín del hígado que controla la sangre, la bilis y otros fluidos asociados. Este desequilibrio aumenta la energía Yang del Hígado que asciende hasta el corazón y la cabeza, produciendo dolor de cabeza, mareo, visión borrosa y confusión mental. Los frecuentes estallidos de cólera dañan al Hígado; daño que hace más propenso a la rabia, estableciendo un círculo emocional destructivo. También el hígado dañado produce problemas en la vista.
La Angustia.- Bloquea la energía y daña los pulmones. La respiración superficial y entrecortada, que se experimenta durante los períodos de ansiedad intensa, es un síntoma común conocido por los médicos. También perjudica al intestino grueso, pudiendo producir estreñimiento o colitis ulcerosa; además, la angustia crónica daña las actividades del páncreas y estómago.
La Concentración.- La concentración excesiva (obsesiva concentración mental en un problema) daña el bazo, páncreas y puede perjudicar la digestión.
La Aflicción.- Los períodos prolongados de gran aflicción hacen daño al corazón y a los pulmones; hacen que se disipe rápidamente la energía vital, produciendo un grave debilitamiento de la resistencia. La medicina sabe bien que las personas afligidas son vulnerables a las enfermedades graves, entre ellas el cáncer. Dentro de la aflicción, el pesimismo es muy nocivo para el corazón; el corazón débil presenta propensión a la aflicción y al pesimismo, pudiendo formarse un círculo psicofisiológico continuo.
El Temor.- El temor en exceso daña la energía de los riñones, haciéndola bajar, produciendo a veces el descontrol de la vejiga (órgano pareja Yang). Por otro lado, si la energía renal es débil (por ejemplo: una infección crónica) se es propenso al temor crónico. El temor y la paranoia crónicos causan fácilmente insuficiencia renal y daño permanente a los riñones. Los niños que se mojan en la cama suelen tener sentimientos de miedo.
El Susto.- El susto se distingue del miedo por su naturaleza súbita e inesperada, que conmociona al organismo, provocando una dispersión de la energía, dañando principalmente al corazón, en su fase inicial. Si el susto persiste, se transforma en temor crónico y dañará también a los riñones.

Existen otras causas internas que nos enferman, dependiendo del valor que la mente asigna o asignó al estimulo sensorial, éstas son el resentimiento y las criticas:

a) El Resentimiento.- La misma palabra nos indica su significado re-sentir , re-cordar y volver a sentir ahora (en forma continuada, día a día) cosas que ya pasaron . Un resentimiento largamente cultivado, una pena que tuvimos y la recordamos como si fuera hoy, el sentirnos culpables hoy por lo que ya fue, el no perdonar lo que nos hicieron, puede carcomer el cuerpo hasta convertirse en la enfermedad que llamamos cáncer.
Se sabe que, cuando alguien se queja de mucho dolor, generalmente es una persona que carga con mucha culpa. Se ha comprobado que -al perdonar y renunciar al resentimiento- se puede disolver incluso el cáncer (nunca dejar los tratamientos médicos).
b) Las Críticas.- Con frecuencia, el hábito permanente de la crítica (somos severos en juzgar nuestros comportamientos y el de los demás) conduce a problemas óseos, como ser la artritis.

¿Cómo evitar las consecuencias producto de nuestras emociones y pensamientos?

Cambiando nuestros puntos de vista, aceptando las distintas penas de nuestro pasado (¿Por qué a mí? y/o ¿Por qué a mi no?) para no volverlas a revivir, modificando los distintos mandatos, desprenderse de culpas que coartan nuestra libertad y perdonando a los demás.

Tenemos que tener en cuenta que aquellas cosas que pertenecen al pasado sólo existen en los registros mentales. Lo pasado es PASADO, lo que es nuestra historia ya no se puede cambiar; pero sí podemos cambiar nuestra manera de pensar y sentir en relación a ella., no hay porqué vivir mal en el presente por las cosas que pertenecen al pasado.

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