sábado, 3 de julio de 2010

Reflexiones "¿Quién es el Dueño de las Papas Fritas?"

Un hombre entra en un restaurante y le compra a su hijo una porción de papas fritas.  Luego, el padre hizo lo que todos los padres hacen: extendió su mano y tomó una papa frita para probarla. El niño golpea la mano del padre y dice: "¡No toques mis papas!"
El padre siente el egoísmo del hijo.  Sabe que fue él quien compró las papas fritas y que ellas, en verdad, le pertenecen y sabe también que su hijo le pertenece.
El padre podría enojarse y no comprarle nunca más una papa frita a su hijo, para enseñarle una lección.  Podría también atiborrar a su hijo de papas fritas, si quisiera.
El padre piensa: "¿Por qué mi hijo es tan egoísta? Yo le di un paquete de papas fritas: sólo quiero una"
Dios nos dio vida, bienes, talentos y -a través de esos talentos- la capacidad de hacer dinero y, además, nos dio todo lo que vemos.
Cuando se da una situación en la que nos toca dar y nos negamos a ser generosos, es como si estuviéramos -en sentido figurado- dándole un golpe en Su mano y diciéndole: "¡Saque la mano de mi dinero, de mis bienes".  Cuando nos encontramos ante un ser que necesita de nosotros, lo menos que podemos hacer es brindarle un poco de lo que Dios, la Gran Energía, el Universo o como quieras llamarle nos brindó, retribuir a la sociedad -al menos- una parte de lo que recibimos.

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